¡Crezcamos con los libros!
Desde 1967, el 2
de abril, coincidiendo con la fecha del nacimiento del escritor danés Hans
Christian Andersen, el IBBY promueve la celebración del Día
Internacional del Libro Infantil con el fin de promocionar los buenos libros
infantiles y juveniles y la lectura entre los más jóvenes.
Cada año, una sección nacional del IBBY selecciona un
escritor representativo y a un reconocido ilustrador de su país para que
elaboren el mensaje dirigido a todos los niños y el cartel que se distribuye
por todo el mundo.
Este año le corresponde a la sección de Rusia, que
difunde el mensaje del poeta Sergey Makhotin (1953) y el cartel del Mikhail
Fedorov (1941).
¡Crezcamos con los libros!
En mi más tierna infancia me gustaba construir casitas
con bloques y todo tipo de juguetes. Solía usar álbumes ilustrados a modo de
tejado. En sueños, subía hasta el interior la casa, me acostaba en la cama
hecha con cajas de cerillas y contemplaba las nubes o el cielo estrellado. Todo
dependía de la imagen que más me gustase.
Instintivamente, seguí la ley de vida de todo niño que
busca inventarse un ambiente cómodo y seguro. Para conseguirlo, un libro
infantil siempre ayudaba a conseguirlo.
Después me hice mayor, aprendí a leer y en mi
imaginación, un libro comenzó a parecerse más a una mariposa o incluso a un
pájaro que a un tejado. Las páginas del libro eran como alas y susurros. Era
como si el libro situado en el alféizar saliera volando inesperadamente por la
ventana abierta hacia espacios desconocidos. Lo cogí, lo empecé a leer y el
libro se tranquilizó. Después lo seguí a través de otros mundos y parajes, mientras
mi universo imaginario se iba extendiendo.
¡Qué alegría tener un nuevo libro en mis manos! Al
principio no sabes de qué trata. Te resistes a la tentación de abrirlo por la
última página. ¡Y qué bien huele! No es posible descomponer su olor: tinta, pegamento…
No, no lo es. Tiene un aroma especial a libro, uno excitante y único. Las
puntas de algunas páginas se pegaban como si el libro no se hubiera despertado
aún. Se despierta cuando lo empiezas a leer.
A medida que vas creciendo, el mundo a tu alrededor se va
complicando. Te enfrentas a cuestiones que incluso un adulto es incapaz de
resolver. Sin embargo, es conveniente poder compartir las dudas y los secretos
con alguien. Y aquí es cuando el libro viene en tu ayuda. Probablemente muchos
de nosotros nos hemos planteado: ¡este libro lo han escrito para mí! Y el
personaje protagonista de pronto parece ser como tú. Vive los mismos problemas
y los trata con dignidad. Otro personaje no se parece a ti en nada pero quieres
que sea como tu ideal, pretendes ser tan valiente y capaz como él.
Me echo a reír cuando un chico o una chica dice “¡No me
gusta leer!”. No les creo. Seguro que toman helado, juegan y ven películas muy
interesantes. En otras palabras, les gusta divertirse. Y la lectura no es solo
un trabajo duro que desarrolla los sentimientos y la personalidad, sino, antes
que nada, un gran placer.
¡Precisamente por eso los autores que escriben libros
para niños!
(Texto original: Sergey Makhotin. Ilustración: Mikhail
Fedorov)
No hay comentarios:
Publicar un comentario