La paz que se respira
no es aún el poema.
Solo la tarde sabe,
en esta hora incierta,
lo que debes hacer.
Deja, pues, que el poema
resbale con el ritmo
de la respiración
que sale sin esfuerzo
de la tierra,
del volar de los pájaros.
(José Corredor-Matheos. ¿Sabrá volar el Mar?.El Jinete Azul, 2010)
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